Plop Twist
Mi colección de red flags, green flags, L's y character development.
Esta canción suena a Maracaibo en 1999 cuando te estás dejando querer, probablemente con el amor más puro que alguien te ha dado en la vida, pero como tienes 16 años cero lo aprecias y hasta eres un poco bitch (such is life, la vida después te enseñará que eso no se hace). Huele a calorón, cerveza tibia y perfume de hombre de los 90s, ese que usaban todos. Se siente vibrante, como esas tardes eternas donde el tiempo no importaba y tú totalmente pensabas que eras inmortal y todopoderosa.
Bonus track:
Esta canción suena a Miami 2008, cuando no te crees que estas con ESA persona.. ¿de verdad es real? pero en el fondo sabes que algo no está nada bien, que es una relación intensa, innecesaria y que en unos días te va a partir el corazón en miles de pedazos microscópicos, pero igual estás ahí, disfrutando ese camino del Doral a Weston para ir al cine con su mejor amigo y aunque su cuerpo está en ese carro sabes que su mente en Plutón (red flag número 847, pero bueno…) Huele a comida navideña, a mall gringo en diciembre: una mezcla de Bath & Body Works con fast food y aire acondicionado artificial. Se siente húmedo y pegajoso. Sabe a borrachera horrible en un aeropuerto de conexión y se siente... CULERO. Así, con todas las letras.
Bonus track:
Esta canción suena a Caracas 2009 y a pura diversión sin filtro. A Complot, a ese CD quemado lleno de chatarritas que sonaba en repeat, a Whisky Bar que se sentía cómodo, al Colegio de Abogados donde todos nos divertíamos hasta demasiado tarde para ser jueves. Probablemente fue la época más divertida de tu vida, cuando la palabra "responsabilidad" era solo teoría. También suena a que hay una situación un poco complicada con tu novio y su amigo (plot twist que nadie esperaba). Huele a Allure de Chanel y se siente a ignorancia feliz, a esa bendita inconsciencia de los veintitantos.
Bonus track:
Esta canción sabe a diciembre del 2011, a varios días de encierro voluntario, a bares underground en El Hatillo donde nadie te conoce y puedes ser quien se te dé la gana, a cenas en Lola que se alargan hasta que cierran porque la conversación está demasiado buena. Sabe a posibilidad pura, a Analiticom y esas noches que terminaban quién sabe dónde. Sí, alguien podría decir que huele un poquito a cuernos, pero yo difiero y prefiero llamarlo "transición y experimentación". Sabe a que no sabías que iba a ser la última Navidad en familia, a esos momentos que solo cobran peso en retrospectiva, cuando ya es demasiado tarde para aferrarse más fuerte. Sabe al nacimiento del amor más maduro hasta ese momento (porque siempre hay un "hasta ese momento", ¿no?) y huele a Caracas - a esa Caracas que ya no existe pero que vive para siempre en la memoria, en el corazón.
Bonus track:
Esta canción suena a Bogotá en el 2013, a la vida tranquila. A Usaquén los domingos, a Bella Suiza, a Cinema Paraíso y esas tardes eternas en la Zona T. Al Haka de los All Blacks que te pone la piel de gallina cada vez, a polo los sábados y vino los viernes como ritual sagrado. Huele a Angel de Mugler, dulce y masculino, y sabe a desayuno sin prisa en Crêpes & Waffles y a conversaciones infinitas porque no hay a donde ir, porque esta es tu casa y su casa.
Bonus track:
Esta canción suena a años y años de pensar “que fue lo mejor”. De entender, a los golpes, como se aprende todo lo importante, que el amor no se ruega, no se negocia, no se fuerza. Que si no es, no es, no importa cuánto te esfuerces, cuánto cambies, cuánto des de ti... algunas cosas simplemente no están destinadas a ser.
Bonus track:
Esta canción suena a hoy, a risas que salen desde el estómago, a responsabilidades de adultos que ya no te pesan tanto porque al fin entiendes que ESO es la vida y a pesar de todo - gracias a la terapia, a los ansiolíticos y a Hoffman - por primera vez en la vida ves las cosas positivamente. A grupos españolitos indies y supuestamente desconocidos sonando, a IPAs en muchos bares de la CDMX y a conversaciones largas, de esas que se estiran hablando sobre el presente (que por primera vez en mucho tiempo no da tanto miedo), sobre el futuro y sobre ellos. Sabe a pizza los viernes, a planes sin planear, a “no te duermas aún porque quiero hablar” 😬 y a “no quiero que te vayas” y huele a Intensive Repair de L’Occitane.
Bonus track:
Y está bien. Todo está bien. Especialmente cuando por fin se siente como si lo estuviera.
◡̈
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El color como acto punk en la era del lujo silencioso.
Cuando callar duele más que mentir.
Si no le caes mal a nadie, probablemente no existes.







