Foto: de aquí.
Spoiler Alert: Me encantó escribir este post. Me recordó a cuando la moda formaba una parte más importante de vida, cuando trabajaba en una revista con gente cool y cuando vestirme cada viernes o sábado para salir era todo un acontecimiento.
Espero que disfruten leerlo tanto como me gustó a mi escribirlo!
Ayer entré a Massimo Dutti, que solía ser una de mis tiendas favoritas, y salí con una sensación extraña. ¿Por qué estamos en la era de ropa acromática? ¿Por qué? Todo negro, gris carbón, beige, azul marino tan oscuro que casi no se distingue del negro. Ni una pizca de color. Ni un destello de vida.
Después fui a Oysho y pasó exactamente lo mismo. Todo neutro, todo "elegante", todo increíblemente aburrido.
Y ahí me di cuenta de algo que llevaba tiempo sintiendo sin ponerle palabras: el mundo se está volviendo gris. Literalmente.
No es solo la ropa. Es TODO: los departamentos todos blancos y grises porque "es más elegante" (todos los depas de influencers parecen hospitales sin alma), los muebles, incluso los empaques de productos que antes tenían personalidad ahora son minimalistas y neutros.
Supuestamente vivimos en la era del "lujo silencioso" (quiet luxury para los que prefieren el término en inglés). La idea es que la verdadera elegancia no grita, no llama la atención, no usa colores llamativos. Que ser colorido es vulgar, que tener personalidad visual es de mal gusto y si quieres pertenecer tienes que encajar y pasar desapercibida.
Y honestamente, no sé si eso me gusta o me da miedo. Probablemente las dos.
Porque sí, entiendo la elegancia de lo sutil. Me encanta un gris bien ejecutado, un beige perfecto. Pero cuando TODO es beige y gris, cuando no hay opción, cuando el color se vuelve algo "prohibido" en nombre de la elegancia... ¿qué estamos perdiendo? Ahora es como si hubiésemos decidido colectivamente que destacar es vulgar, que lo seguro es lo neutro. Tan lo decidimos colectivamente que el color que Pantone escogió para el 2025 es “Mocha Mousse” más soso, insulso, plain… imposible.
Lo estuve pensando y me di cuenta de algo: todos los movimientos que han representado rebeldía, creatividad, resistencia, han sido coloridos. El color es resistencia. El color es personalidad. El color es "aquí estoy, existo, QUIERO QUE ME VEAS."
No sé si esto es evolución natural del buen gusto o si nos están condicionando hacia la uniformidad. Porque una cosa es que yo decida vestirme de gris porque me gusta, y otra muy diferente es que TODAS las opciones sean grises.
Extraño cuando las tiendas tenían personalidad. Extraño cuando las casas no todas se veían iguales. Cuando voy de compras y todo está en la misma paleta cromática, cuando todas las marcas adoptan la misma estética neutra, cuando incluso nombres que antes tenían carácter se vuelven "elegantemente aburridos"... no sé si estoy eligiendo o si me están eligiendo.
Y no hablo de The Row o Alaïa que siempre han sido neutros por concepto. Hablo de Massimo Dutti (que me encantaba), COS, &Other Stories. Marcas que tenían personalidad y ahora son... gris y beige.
Aquí viene mi teoría más conspiranoica: ¿y si toda esta neutralidad externa nos está afectando internamente?
Cuando todo lo que nos rodea es igual, cuando todas las opciones son seguras, cuando no hay nada que nos rete visualmente... ¿nos estamos volviendo más conformes? ¿Más dispuestos a aceptar lo que nos dan? ¿Más cómodos con no destacar? Lo digo incluso por mi, porque cuando alguna de mis amigas usa algo fuera de lo común antes lo celebraba y ahora me parece terrible, no lo soporto, es un chirrido que me desconcentra.
Mira el país más neutro, gris, triste y emocionalmente reprimido del mundo: Corea del Norte. ¿Coincidencia? No lo creo. No digo que sea una conspiración. Pero sí creo que el ambiente nos afecta más de lo que pensamos.
¿Qué hacemos con esto? No tengo una respuesta clara. No sé si esto es bueno o malo. Tal vez sea solo una fase y en cinco años todo vuelva a ser colorido (aunque lo dudo mucho).
Lo que sí sé es que me da nostalgia. Y que la próxima vez que vea algo realmente colorido en una tienda, probablemente me lo compre. No porque lo necesite, sino por resistencia… De hecho, después de salir de esa excursión de tiendas anódinas (gracias a LCA por darme palabras domingueras) me compré tres vestidos usados de Farm Rio en GoTrendier (totalmente recomendada). Cero me sentí mal porque creo que hay mucha resistencia junta: explosión de color + ropa usada + Farm es una marca B Corp certificada (mucho mejor que el fast fashion) + es 50% liderada por una mujer.
Porque tal vez, en un mundo que se está volviendo gris, elegir el color sea el acto más punk que podemos hacer
💬 Si quieren el chisme completo, este, este y este fueron los vestidos que me compré.
¿Te gusta JMA? Me ayuda muchísimo que lo compartas en tus historias o en la red social de tu preferencia y cuentes entre tus conocidos por qué te gusta leerme (sinceramente) (no se te olvide incluir el link!)
Hice una carpeta con algunos templates para que puedes descargar aquí para que se te haga más fácil compartirlo. Puse el template general de JMA y también algunos termplates de los posts más populares.
También puedes donar un “ko-fi” (lo que quieras! 🤑) para apoyarme con los gastos de JMA (aunque no lo crean si hay gastos como pagar Canva para los diseños del header, pago suscripciones a The New York Times, The School of Life y otras cosas para mantenerme informada y tener fuentes confiables, etc.)
(click en la imagen para ir a los posts)
La conversación que todas necesitamos pero nadie quiere empezar.
No sé en qué momento pasó, pero ChatGPT dejó de ser una herramienta de trabajo y se convirtió en mi TODO.
En mi cabeza, ese ritual mágico me salvó.
Ya había leído algún post en Medium sobre esto. El mundo está perdiendo color, eso dicen. Pero tú vives en el DF, el color está en las calles, ¿no?
Creo que hiciste que estuviera consciente de un tema - símbolo que dormitaba por ahí entre mis pensamientos. Desde siempre la moda indumentaria ha sido un importante canal de comunicación política, y el color ahí, como parte fundamental del mensaje. De seguro esta beigeficación del mundo responde a la venta de ideología por catálogo y al resurgimiento de los extremos como sistemas centrales de pensamiento.