Ok, necesitamos hablar de algo.
Desde que salió el episodio de On Purpose con Benny Blanco y Selena Gómez, todas las que lo hemos escuchado con atención —todas— (y no, aquí no voy a decir todxs porque mis amigos hombres, gays, que lo han escuchado no me han hecho ningún comentario de esto sino solo me hablan de Selena) entramos en un microdesequilibrio emocional.
Porque no se trató solo de una entrevista, se trató de ver algo que creímos extinto: un hombre que es genuinamente emocional, vulnerable, talentoso, cero machista y que habla de su romance como algo incónico, como esos romances del pasado que inspiraban bolero, y no como los romances actuales que inspiran… un reggaeton. 😄
Benny es un hombre que no está actuando para impresionar ni buscando aprobación masculina disfrazada de carisma, y eso en una cultura donde los hombres tienen más armaduras emocionales que un guerrero medieval, es... ¿revolucionario? Y no es que tengas esas armaduras conscientemente, a veces ni siquiera saben expresar sus emociones porque nunca se lo enseñaron o porque no han ido a terapia y no saben cómo ponerlo en palabras, en fin, por muchas razones.
Escucharlo hablar sobre el amor, sobre Selena, sobre sus inseguridades, su cuerpo, sus fracasos y sus emociones sin editarse, fue impactante. Benny no busca parecer interesante; es interesante porque se conoce. Como diría Brené Brown, “la vulnerabilidad no es debilidad, es valentía en su forma más pura”. Benny fue puro coraje emocional durante esa hora de podcast.
Lo que muchas sentimos no fue atracción basada en los estereotipos clásicos de belleza (lo he hablado varias veces con mis amigos hombres que dicen que es “efecto tarima”), sino un deseo profundo de estar cerca de alguien que no representa una amenaza para nuestra autonomía emocional. Alguien que no te hace sentir que tienes que hacer malabares para parecer cool o sexy todo el tiempo, sino que también puedes enojarte, ser vulnerable tú también o ser incluso un poco insegura o ansiosa.
Además, está la química con Selena. No hay celos, no hay posesividad, no hay esa energía de “yo la gané”. Hay respeto, admiración, y una ternura que ya no estamos acostumbradas a ver. Y ahí está la otra capa del flechazo colectivo: no solo nos enamoramos de Benny, también nos enamoramos de la posibilidad de que sí existen hombres así. Es como si Jay Shetty hubiera puesto en ese episodio un espejito para que todas viéramos lo que merecemos. Y eso, aunque nos haga llorar un poquito por dentro, también nos da esperanza.
Así que sí, estamos babeadas por Benny Blanco. Pero en realidad, no se trata solo de él. Se trata de que llevamos demasiado tiempo deseando (esperando?) algo que nunca habíamos visto con tanta claridad: una masculinidad emocionalmente segura, sin miedo, sin poses, y con el corazón en la mano. Benny vino a mostrar que sí se puede ser hombre y ser bueno. Y eso, en 2025, es hot as hell.
Pueden ver/escuchar todo el podcast de Benny Blanco y Selena Gomez con Jay Shetty aquí.
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Soy fan del amor caótico y eso me hace pensar, que el amor es caótico y problemático siempre.
Preparar un Mac & Cheese de Kraft, pero ponerle aceite de trufa y Grana Padano.
Comprarme el champú que está en la regadera de mi spa favorito para sentirme ahí cada vez que me baño. 🧖🏼♀️
Gastar $335 USD por un perfume sin pensarlo, pero usar maquillaje vencido desde hace años.
Los glimmers, son esos momento diarios de emoción, felicidad y calma.
Cuando abrí el email de la newsletter tenía los ojos entreabiertos (eran las 7:30 am), pensé que hablabas de Bad Bunny y el efecto de su campaña para CK. Estaba equivocado.