El post de hoy va a ser corto, conciso y no es para nada de mi autoría ◡̈
Esta semana leí un consejo que me encantó (lo leí en este post de mi blog favorito ever). El consejo era pensar cuando alguien hace algo medio insoportable: “como yo a veces”.
El comentario viene de una lectora del blog (lo mejor de ese blog son los comentarios, por eso es que me encantaría leer aquí más comentarios y los animo a pensar que somos una comunidad compartiendo cosas) y dice:
“Una vez leí que deberíamos pensar «como yo a veces». Como por ejemplo: 'Esa persona está siendo un imbécil... como que yo a veces' o 'Está siendo completamente irrazonable... como que yo a veces'. Un buen recordatorio de que ¡ninguno de nosotros es perfecto!” - Laura
Intentando no juzgar demasiado, cuando tengamos un conflicto con alguien, recordemos:
La otra persona hace lo que hace porque cree que es lo mejor, como que yo a veces.
La otra persona tiene miedo, como que yo a veces.
La otra persona se siente insegura, como que yo a veces.
La otra persona está MUY apurada, como que yo a veces.
La otra persona a veces habla antes de pensar, como que yo a veces.
La otra persona a veces deja las cosas para más tarde, como que yo a veces.
La otra persona a veces hace cosas estúpidas, como que yo a veces.
(sí, sé que es mucho más fácil decirlo que hacerlo)
¡Nos vemos el próximo domingo!
(click en la imagen para ir al post)
Este post habla de la teoría de Mel Robbins de por qué es importante dejar a los demás hacer lo que quieran. Robbins dice que ponemos mucho tiempo y energía esperando de las personas lo que nosotros quisiéramos que hicieran, pero en realidad ellos están diciendo quienes son con sus acciones.
Resonó mucho lo que compartiste aquí. Ponerse en el lugar del otro aún cuando nos sacan canas verdes. Es un gesto de compasión hacía el otro pero también hacia uno mismo. Puede ser verdad que nuestra mente no siempre nos permita detenernos a hacer ese análisis, en especial si estamos experimentando algo negativo respecto a la actitud/conducta de la otra persona. Pero creo también que hacernos conscientes de ello e intentar ponerlo en práctica siempre que podamos, es un gran paso para lograr que se vuelva parte de nuestra cajita de herramientas para gestionar emociones.