JMA sale en sábado porque es un tributo especial a lo que pasará hoy.
El tontipop es un subgénero del pop que nació en España durante los años 90 y principios de los 2000. Se caracteriza por sus melodías sencillas, letras ingenuas y un enfoque en el estilo DIY que se aleja de la producción pulida y comercial del pop regular. Este estilo musical es una mezcla de pop indie con un toque de nostalgia por los sonidos de la música pop de los años 80 y 90, pero muchos toques frescos y algo irreverentes… la verdad este género es complicado de explicar. Suena un poco como a Parchís o Timbiriche pero como si lo escribiera un filósofo moderno, es decir sabe a chicle muy muy dulce pero ácido.
Los canciones de tontipop suelen tratar temas simples, como el amor, las relaciones y la vida cotidiana, pero lo hacen de una manera más sincera y descomplicada, lo que crea una sensación de cercanía y con su sonido súper alegre a veces enmascaran el tema profundo con inmensa ansiedad, frustración y por supuesto… angst. Así que no extraño que me guste.
Al tontipop llegué tarde, como en el 2006, creo yo, por mi “grupo” favorito de todos los tiempos: La Casa Azul. Pongo “grupo” entre comillas porque en realidad ahora es un grupo que puede tocar en vivo… pero por muchos años solo fue Guille Milkyway el que hacía todo e incluso en una época decía que no hacía conciertos porque sería muy aburrido verlo a él dándole play a la computadora.
La Casa Azul es la banda que ha sido el soundtrack de mi vida. No estoy exagerando. Desde que escuché Superguay (creo que fue la primera que escuché) supe que era literal yo: por fuera ese pop retro y brillante, pero por dentro un montón de angustia y ansiedad y esa necesidad de cuestionarme de cómo soy, cómo pienso y en lo que creo. Siempre he pensado que puedo ser muy amiga de Guille, porque no puede ser casualidad que haya creado canciones que hablen exactamente de cómo me siento y para cada etapa de mi vida: desde los crushes (y vaya que los tengo), el que creo que fue mi peor despecho que lo superé con Galletas, hasta esos momentos donde te preguntas qué estás haciendo con tu vida, pero con un beat que te hace bailar y sentirte bien contigo misma… cero drama, siempre smile.
Pero LCA ya no es un grupo de tontipop… creció, y yo crecí con ella. Estos últimos años se nota cambio en el tono y la complejidad de la música y también en sus letras ya no hablando tanto de amor y desamor sino reflexión sobre el paso del tiempo, la transformación personal y la conexión emocional, lo que demuestra una madurez tanto musical como en las letras. Esta es mi canción favorita de los últimos años.
Lo que más me gusta de LCA es que ha evolucionado pero no ha dejado de ser auténtica, les juro que ha sido una gran inspiración en mi vida, porque LCA nunca se ha preocupado por ser lo que todos esperan en el mundillo de la música, al contrario, Guille hace lo que siente en ese momento y todos conectamos con eso.

En fin, este post no es más que un tributo máximo a La Casa Azul a su mente maestra Guille Milkyway, y a Isaac que me regaló el boleto del concierto que darán por sus 25 años en Barcelona HOY!
◡̈