Este es un post para mi.
Uno de mis podcast favoritos es el de Mel Robbins. A ella la amas o la odias. Habla sobre crecimiento personal (odio ese término) y da muchísimas herramientas de cómo mejorar tu vida. Obvio me encanta, aunque no me encante (tanto) su estilo.
Ella tiene una gran teoría que suena súper sencilla, pero en realidad es muy complicada de implementar y algo que personalmente me he propuesto trabajar este 2024: la teoría de “let them” (déjales, en español). La idea es que dejes hacer a las personas lo que quieran hacer, sea bueno o malo. ¿No te invitan a algún lado? Déjales. ¿No te llamó la persona con la que saliste a una cita? Déjale. ¿Alguien toma una decisión con la que no estás de acuerdo? Déjale.
Robbins dice que ponemos mucho tiempo y energía esperando de las personas lo que nosotros quisiéramos que hicieran, pero en realidad ellos están diciendo quienes son con sus acciones.
Es un concepto liberador que desplaza nuestra atención de lo que no podemos controlar (las opiniones y reacciones de los demás), a lo que sí podemos (nuestras acciones y respuestas). Obvio algunas veces igual nos van a molestar ciertas cosas, pero es importante entender que esta teoría es un recordatorio de que las decisiones de los demás rara vez tienen que ver con nosotros.
Obviamente hay un catch a la teoría (en mi opinión) y es que dejes a las personas hacer lo que quieran, siempre y cuando no te dañen a ti, a ellos o a otros. Aunque incluso, en muchos casos, si los daña a ellos no podemos hacer más que advertir… y dejarlos (por ejemplo con el tema del alcohol, drogas, conductas poco saludables, etc.)
Como les digo, suena sencillo y creo que nuestra vida sería mucho más feliz si viviéramos así, pero entonces ¿por qué es tan complicado aceptar las elecciones de los demás? Como dije arriba, casi siempre es más sobre nosotros que sobre ellos, como dice Brené Brown: la mayoría de las veces son las historias que nos hacemos en nuestra cabeza y que la mayoría del tiempo son ficción.
"A menudo sentimos el impulso de controlar o persuadir a la gente para que sea como nosotros queremos que sea, en parte porque creemos que es lo correcto, y en parte porque queremos controlar nuestra propia ansiedad e incertidumbre ante el comportamiento de los demás", afirma la Dra. Sophie Mort, psicóloga clínica y experta en salud mental de Headspace. (Todo el artículo de la Dra. Mort está buenísimo)
Algunas de las razones más comunes por la que nos cuesta aceptar las elecciones de los demás son:
Miedo / Ansiedad / Incertidumbre. Esta siento que es la opción más frecuente. Es muy conocido que a los seres humanos nos aterra el cambio, la incertidumbre nos incomoda, entonces muchas veces preferimos elecciones conocidas que otras en la que no sabemos cuál será el resultado.
Nos hace pensar sobre nuestras decisiones (y en muchos casos nos hace sentir mal).
Pone en riesgo nuestro estilo de vida. Ahora que no estoy tomando tanto alcohol siento que esto pasa muchísimo. Hay personas que cuestionan que yo no tome alcohol en una fiesta o en algún lugar porque ellos puede que no se diviertan tanto.
A veces no tenemos toda la info necesaria para entender el por qué de la decisión y además tenemos prejuicos y sesgos inconscientes.
Hemos transitado un camino diferente y hemos cometido errores que nos han enseñado ciertas cosas que a lo mejor los otros no saben. Pero como dice el dicho “nadie aprende en cabeza ajena”.
Porque no podemos controlar la realidad, por tanto, intentamos controlar a la gente. Es horrible, pero sí, a veces somos controladores y nos cuesta ver a los que queremos dandose golpes por la vida o con una realidad no tan grata, no pasandola bien y no brillando como nosotros sabemos que podrían hacerlo.
Habiendo dicho esto, hay cosas que creo que la teoría de “let them” no debe evitar que sigamos haciendo, al final somos seres que nos preocupamos por otros seres:
Entablar relaciones y conversaciones con los demás, escucharlos atentamente para comprender sus emociones.
Comunicar nuestras necesidades y nuestros límites. No es dejar a las personas hacer lo que quieran, aún cuando no nos agrade.
Ser consciente de los prejuicios: reconocer y liberarse de ideas preconcebidas sobre normas sociales, culturas y creencias o preferencias personales e intentar que los demás las sigan.
Preguntar con curiosidad, apoyar y dar consejos cuando sea apropiado.
En conclusión:
Cada persona es diferente.
Debemos hacer todo el esfuerzo por aceptar a las personas por lo que son y quererlas en el momento en el que se encuentran en su camino y ofrecer apoyo y compasión genuinos. A veces, lo único que una persona necesita es que alguien le de un abrazo y la escuche.
En vez de juzgar -porque no sabemos realmente qué es lo mejor para esa persona-, voy a dejarla crear y seguir su propio camino, en lugar de guiarle por el que a nosotros nos funciona o creemos que es el mejor.
“A veces, la mayor motivación para buscar el cambio en los demás es nuestra propia comodidad: "No nos gusta la incomodidad de la diferencia", explica Jay Shetty (autor y podcaster británico que también me encanta). "Así que, en lugar de intentar comprender y comunicarnos, intentamos cambiar a quienes nos desafían de alguna manera. Intentamos que el mundo que nos rodea sea más cómodo en lugar de trabajar para ser más comprensivos, compasivos y pacientes". Siempre nos resultará más fácil intentar cambiar a alguien que a nosotros mismos.
Me considero una controladora y tu post llego en el momento preciso. Y si, igual me encuentro en un ejercicio de dejar ser, pero hasta conmigo misma, dejarme ser! ¡Soltarme para así poder soltar a los otros!
Las personas van a hacer lo que quieran, independientemente de lo que nosotros pensemos o esperemos de ellos. Así que hay que tomar una posición más empática y trabajar con esas emociones internas que se disparán en esos momentos.